Padova está a la izquierda de Venecia, y aunque mi ruta debía llevarme a la derecha, camino a Eslovenia, ya le había dicho a mi amiga Rosie que la visitaría siquiera un día. Rosie y yo nos conocimos en el 2013, cuando ella fue profesora de inglés voluntaria en el colegio donde yo trabajaba. Nos llevamos bien desde el primer momento. Resulta que ella vivía cerquísima a mi casa, así que íbamos los tres (con mi madre) salíamos juntos todas las mañanas. No pasó ni dos semanas para que mi mamá la invitar a pasar un fin de semana con nosotros y otros amigos y familia en una estancia en Cuzco, con lago, nieve, granizo, altura, frío descomunal y el pisco necesario para soportarlo. Antes de volver a Inglaterra me regaló el polo de voluntaria de las Olimpiadas de Londres 2012. Así es como se hace feliz a un ex-deportista que cada cuatro años pide permiso del trabajo y se la pasa despierto a 2 televisores para ver cada cosita... Bueno, Ahora Rosie vive en Padova. Sólo pasé dos noches en
Bueno, la historia es simple. Dejé todo y a todos en Perú y me fui de viaje sin trabajo pero con ahorros y con los rezos de mi madre. Este blog es una mezcla de sarcasmo inapropiado y photoshop cada vez menos exagerado. Y la verdad nunca he hecho hitchhike, ni lo haría. Después hay que conversar... Prefiero caminar cantando.