Ir al contenido principal

Madre, tú tienes la culpa!

Amo a mi mami. Naturalmente, a veces es jodete y dan ganas de hacerle una llave grecorromana al cuello, pero creo que toda madre debe ser así. Todas las cosas que ha hecho por mí y por mis hermanos han sido admirables. Aunque creo que hay alguito malo en las consecuencias.

Recuerdo que desde que tenía 7 años entrenaba natación en las mañanas, de 6 a 7am, de la piscina me iba de frente al colegio. Al salir de clases, a las 3pm, la movilidad me dejaba en la piscina para entrenar otra vez. ¿Y quién se levantaba a las 5.30 para preparar mi desayuno (que comía en el carro camino al cole) y el refrigerio para el cole? ¿Quién tenía que ir religiosamente a la piscina a las 7pm a recogerme del entrenamiento y me esperaba con ollas de comida en la casa? Mi madre.

También recuerdo que, cuando ya empecé a estudiar inglés en el Cultural, mi madre tenía que recogerme de la piscina a las 7pm y me llevaba en el auto porque tenía clases a las 7.15. Y no era solamente éso. Mi madre se quedaba en el auto la hora y media. Cuando salía a las 8.45, ahí estaba mi madrecita. Sentada en el auto que teníamos, que no tenía ni para cassette y menos para CD.

Recuerdo que un día me desperté y dije "No voy más a la piscina". Era de entenderse. Seis años de entrenar en las mañanas y en las tardes cansa a cualquiera. Unos primos de mi edad salían a jugar con unas vecinas que teníamos. Yo no salía porque cuando volvía de la piscina era tarde y estaba cansado. Todas las reuniones para ver películas o jugar que debe tener un niño, yo no tuve. Tenía que entrenar. Y cuando decidí dejar la natación, mis padres entendieron, felizmente. Pero cuando jalé un curso en 2do de secundaria, mi madre fue la que decidió castigarme. Y el castigo era regresar a la natación. Recuerdo que me subí al carro con un berrinche único. Pero cuando llegamos y ví la piscina, me di cuenta de que nunca debí retirarme. Después de volver, empecé a entrenar más. Gané, viajé, batí records que hasta ahora están, y hasta llegué a ir a un Mundial. Supongo que si mi madre no me hubiera castigado así, sería como muchos de mis amigos, que a lo más que llegaron fue a participar en ADECOA o jugar por el Inter. Fue mi mejor castigo.

Fue mi madre también la que me preparaba el litro de café que me llevaba a la Alianza cuando tenía 3 horas de cochino francés. Fue mi madre la que un año me dijo que si sacaba buenas notas en el colegio, podría estar libre en vacaciones, pero luego me engañó y me metió a un curso de japonés. También fue ella la que dijo que como ya no entrenaba natación (cuando entré a la universidad), que me meta a estudiar portugués.

Es mi madre la que todos los días hace unos almuerzos tan deliciosos que como hasta no poder pararme de la mesa. Aunque no le gusta que coma así, sé que no dejará de cocinar tan rico. Y no hace chuño, pallar, zarza de patitas o el feísimo olluco. Sabe que vomito con esos platos. También me da fruta (y se enoja cuando le digo que no quiero plantas), la ocasional ensalada de verduras o sopa. No me quejo. Bueno, en verdad si me quejo, pero si no fuera por ella, no comería tan saludablemente. Aunque creo que podría dejar de darme jugo con agua bendita.

Tampoco quiero quitarle el mérito a mi padre. El fue quien siempre me insistió para que aprendiera a tocar guitarra. No sé si pensó que algún día podría cachuelearme dando clases particulares de guitarra.

Entonces, ¿de qué tiene la culpa mi madre? De que nunca tendré enamorada.

Creo que en una pareja de enamorados tiene que haber alguien que sabe más o puede más que su pareja en algún aspecto. Si no es así, los diálogos de pareja serían más monólogos que diálogos. Así como tu enseñas algo a tu pareja, también debes aprender algo de tu pareja.

El problema es que me explotaron tanto de niño, que si ahora tengo enamorada tendrá que ser alguien que haya pasado por lo mismo que yo. Es normal, cada uno busca a alguien, en general, similar. Para mí, ese alguien tendría que haber hecho uno o más deportes de manera casi profesional y haber logrado algo importante, o hablar más de tres idiomas, o haber viajado bastante, o hacer algo artístico.

Una vez estuve con una chica porque me gustó que hablara bien el inglés. Claro, lo hablaba, y aunque se equivocaba en ciertas cosas, era fluída. Pero después de dos meses de intentar enseñarle guitarra, terminé frustrado. Ojalá aún se acuerde de lo poquísimo de francés que pude enseñarle. Con los deportes tampoco era hábil. Y se molestaba por el hecho de que yo había viajado (a veces hasta por suerte o gratis) y ella no tenía ni pasaporte. Entonces no hubo mucho que aprendí de ella. Si algo ella sabía más que una persona normal era grupos musicales. Pero nuestros gustos eran diferentes, entonces no había casi nada que ella me podía enseñar. No fue una relación buena. Fue bonito, a veces, pero no buena.

Así que, madre, gracias.

PD: Me casaré con la primera chica deportista, políglota, viajera y musical, siempre y cuando cocine mejor que mi madre. Ah sí, no soy muy exigente con el físico, pero que no tenga cuerpo de tamal mal amarrao...

Comentarios

Unknown dijo…
jaja nada exigente... suerte en su busqueda
Unknown dijo…
no pienso buscar. si llega, genial! si no, genial!
princess dijo…
asuu mare tu si! tu punto de vista me gusta... pero mas lo k hizo tu mami jaja por eso nuestros padres son lo mejor...y es cierto uno no busca, sino, el dia menos pensado llega,,,

Entradas más populares de este blog

Cómo odio el conformismo mediocre de (casi todas) las personas!

No entiendo cómo hay gente que puede ser tan conformista, tan poco curiosa, tan poco innovadora. Basta con que tengan algo que funciona y no se molestan en ver más allá, en intentar averiguar más, en separarse del montón para tener algo de particularidad y originalidad. Y esta mediocridad conformista (o conformismo mediocre) está en todo lado, en cualquier aspecto. En la música, la ropa, los deportes, etc.

Madre, sólo hay una. Felizmente.

¿A quién no le ha desesperado su madre en algún momento? A veces son adorables, a veces exageran sin límite. A veces las extrañamos, a veces queremos hacerles una llave grecorromana al cuello. Cada quien tiene una relación diferente con su propia madre, o mejor o peor que mi relación con la mía. Pero a veces creo que me tocó una madre especial.

🇮🇹 VENECIA, ITALIA: Perdón por la cantidad de fotos, pero era necesario.

No pensaba que la iba a pasar tan bien en Venecia. Llegué un martes a la estación Tronchetto. Estaba a 3 kilómetros, que no es tanto, pero después de un bus de 7 horas más la mochila de 13 kilos, cada paso cuenta. Era de noche y tenía hambre, pero a 13 euros el plato más insignificante de pasta, uno decide guardarse para el desayuno. Al día siguiente salí a caminar. Leí que habían unos 400 puentes en Venecia, y el ingenuo dentro mío dijo "voy a marcar toditos y pasar por todos". Pensaba quedarme 2 semanas, así que sería posible, tal vez. Uno de cuatro puentes en todo Venecia que no tiene barandas. Naturalmente siempre hay gente, pero los pocos turistas que había (para ser Venecia) se van a los lugares más transitados. Pocos pasean por los callejoncitos angostos. A partir de mayo empiezan a aumentar los precios, la temperatura, la cantidad de gente... Estar ahí en febrero fue lo mejor que pude hacer. Tuve sol, tuve lluvia, tuve hasta nieve en el ce

Y en esta esquina.... la vaca!

Siempre he pensado que la vaca es el mejor animal del mundo, desde un punto de vista alimenticio, claro está. De una vaca puedes armar todo un menú. Tienes la mantequilla o el quesito para tu pancito en tu desayuno. Y con qué va el pan con mantequilla? Con leche pues... Y más tardecito tienes la carne (razón suficiente para volver al catolicismo). Y una razón más.