Muchas cosas han cambiado en estos últimos años que me he separado del colegio. Unas son para bien, otras, no tanto. Pero creo que de éso se trata la vida: de cambiar o de ver los cambios. Trataré de enumerar los cambios en orden de importancia para mí:
1. Yo ya no estoy en el cole.
Y bueno... ya no estoy pues.
2. La sala de profesores es más chiquita de lo que recordaba.
Un par de veces me trajeron aquí contra mi voluntad en mis años de chiquititud. Recuerdo que casi podía correr entre las mesas. Había espacio para mí y todos los profesores de ese entonces, que serían unos 10. Y aún quedaba espacio, unas sillas vacías, puntos muertos en las mesas. Y bueno, la única computadora rara vez estaba siendo usada.
Ahora no. No entramos ni 4 profesores sin interrumpirnos. Y cuando queremos o tenemos que estar 10 acá, no hay espacio para nada. No puedo usar más que mis 20cm x 30cm de mesa ni poner más de media nalga en la silla. Las 5 computadoras están siempre en uso, y nadie tiene humor para poner musiquita. Ni que pusiera Las Culisueltas...
3. Los niños ya no juegan.
Ni los de 2do de primaria. ¿Qué tipo de niños de 7 años sale a caminar y conversar? De 600 alumnos que hay en primaria, sólo 20, y exagerando, juegan futbol. Pero es chistoso ver sus caritas cuando miran de un balcón al otro, queriendo agarrar un pajarito para tirarlo al chanchito de en frente. Mucho angry birds.
4. Ya no le tengo miedo a Dirección.
Tal vez sea porque ahora voy porque tengo que llevar algún papel o firmar algo. Ya no voy cabizbajo a recibir mis papeletas, ya no tiene que ir mi padre a que le expliquen por qué me están suspendiendo. En resumen, ya no imagino que son mis últimos días cuando entro a esa oficina.
5. El timbre sigue siendo, inigualablemente, la libertad.
Me gusta enseñar, no lo tomen a mal. Pero llega un punto en el que dices "Aún faltan 5 minutos?? Si hace media hora faltaban 6!!".
Y bueno... volver al colegio es algo lindo. Mucho más si vuelves a tu mismo colegio y te paseas por los pasillos por los que corrías a los 10 años o menos. Es un sentimiento de pertenencia, de hogar, de familiaridad total.
Y, a todo ésto... ¿Cuando %@#$ falta para Semana Santa?
1. Yo ya no estoy en el cole.
Y bueno... ya no estoy pues.
2. La sala de profesores es más chiquita de lo que recordaba.
Un par de veces me trajeron aquí contra mi voluntad en mis años de chiquititud. Recuerdo que casi podía correr entre las mesas. Había espacio para mí y todos los profesores de ese entonces, que serían unos 10. Y aún quedaba espacio, unas sillas vacías, puntos muertos en las mesas. Y bueno, la única computadora rara vez estaba siendo usada.
Ahora no. No entramos ni 4 profesores sin interrumpirnos. Y cuando queremos o tenemos que estar 10 acá, no hay espacio para nada. No puedo usar más que mis 20cm x 30cm de mesa ni poner más de media nalga en la silla. Las 5 computadoras están siempre en uso, y nadie tiene humor para poner musiquita. Ni que pusiera Las Culisueltas...
3. Los niños ya no juegan.
Ni los de 2do de primaria. ¿Qué tipo de niños de 7 años sale a caminar y conversar? De 600 alumnos que hay en primaria, sólo 20, y exagerando, juegan futbol. Pero es chistoso ver sus caritas cuando miran de un balcón al otro, queriendo agarrar un pajarito para tirarlo al chanchito de en frente. Mucho angry birds.
4. Ya no le tengo miedo a Dirección.
Tal vez sea porque ahora voy porque tengo que llevar algún papel o firmar algo. Ya no voy cabizbajo a recibir mis papeletas, ya no tiene que ir mi padre a que le expliquen por qué me están suspendiendo. En resumen, ya no imagino que son mis últimos días cuando entro a esa oficina.
5. El timbre sigue siendo, inigualablemente, la libertad.
Me gusta enseñar, no lo tomen a mal. Pero llega un punto en el que dices "Aún faltan 5 minutos?? Si hace media hora faltaban 6!!".
Y bueno... volver al colegio es algo lindo. Mucho más si vuelves a tu mismo colegio y te paseas por los pasillos por los que corrías a los 10 años o menos. Es un sentimiento de pertenencia, de hogar, de familiaridad total.
Y, a todo ésto... ¿Cuando %@#$ falta para Semana Santa?
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