El Perú, en sus ilustrísimos (y redundantes) documentos que buscan mejorar la educación escolar, ha planteado ocho Aprendizajes Fundamentales para la educación escolar.
- Actuar e interactuar con seguridad y ética, y cuidar su cuerpo.
- Aprovechar oportunidades y utilizar recursos para encarar desafíos o metas.
- Ejercer plenamente su ciudadanía.
- Comunicarse para el desarrollo personal y convivencia social.
- Plantear y resolver problemas usando estrategias y procedimientos matemáticos.
- Usar la ciencia y tecnología para mejorar calidad de vida.
- Expresarse artísticamente y apreciar el arte en sus diversas formas.
- Gestionar sus aprendizajes con autonomía y eficacia.
Al grano. El #1, #2, #4, #7 y #8 son aprendizajes que deberían empezar en la casa, con los padres. Así de simple. El mejor profesor del mundo no va a enseñar en 6 horas al día algo que el niño no ha aprendido de sus padres en sus primeros 5 años de vida. Y mucho menos va a enseñarlo en 6 horas al día cuando el niño va a su casa y ve a sus padres que hacen exactamente lo opuesto. Y el #3, #5 y #6 los estamos enseñando mal.
Japón está (supuestamente) inaugurando su nuevo, controversial y radical sistema de educación Futoji no Henko, o a lo que también lo llaman "cambio valiente". Aunque su traducción literal es más "el cambio en negritas", refieriéndose al tipo de letra que usamos en la computadora.
Este nuevo sistema de educación, según dicen, ha eliminado el culto a la bandera, al himno nacional y la historia, haciendo que conceptos como el de patriotismo sean algo alejado y ajeno. Se ha eliminado el dictado de cursos o asignaturas como las conocemos aquí en Perú. La comunicación, las matemáticas, el inglés o personal social ya no existen. En su lugar han implementado cinco materias fundamentales sobre las que se erige la educación:
A. Aritmética de negocios.
B. Lectura
C. Civismo
D. Computación
E. Cultura
Lo primero que salta a la vista de uno es que hablar de tantos años de educación escolar (doce en Japón y otros países) y no tocar temas como matemática, religión o arte es impensable, aún más si se considera que con esta nueva táctica Futoji no henko no se dejan tareas para la casa.
Antes de vomitar de la impresión o que se le suelte el estómago a ti, querido lector, debes entender que ésta nueva modalidad de educación no es tan radical como piensas. Primero, desdoblemos uno a uno los diferentes enfoques del Futoji no henko:
A. ARITMÉTICA DE NEGOCIOS: Es sólo una forma bonita y post-modernista de llamar a la matemática. ¿En qué colegio no se dicta matemáticas, incluso desde primero de primaria o antes? El único cambio que se hace con este nuevo nombre es orientarlo todo hacia el negocio. Desde aprender a sumar hasta la estadística y funciones trigonométricas resulta útil al momento de pensar en inversión de dinero. Todo se basa en éso. Probabilidades. Beneficio versus riesgo.
De todos modos, los alumnos japoneses crecen y aprenden matemáticas sabiendo que sabrán mucho más sobre inversiones económicas y capital financiero. Los alumnos peruanos crecen y "aprenden" matemática pensando que "de nada me va a servir porque igual quiero ser abogado" o "sólo quiero aprender a sacar mi tabla de posiciones de fútbol".
La diferencia, más que en educación en números, está en la visión. Y estamos al fondo de la tabla, como siempre.
B. LECTURA: Ya hay mil programas de planes de lectura en los colegios. Primero empezamos leyendo nosotros, los profesores, y luego continúan leyendo los alumnos. Hay cuentos de todo tipo que a los chicos les encanta. El problema no está en que el colegio exija o no la lectura. El problema radica en que la vida en Perú no exige un tipo de vida lectora.
Los alumnos japoneses leen desde el colegio, y no como los peruanos. Cuando un alumno de 2do de primaria está leyendo un párrafo o historias tipo comic en Japón, el mismo alumno en Perú está leyendo libros 20 páginas. Claro, las 20 páginas tienen 50% de imágenes, pero hasta ese momento estamos adelante.
La diferencia está en que la educación japonesa (que empieza en el colegio y dura la vida entera)tiene a la lectura presente la plantea como una de sus bases y pilares para toda la vida. En el Perú la lectura es simplemente un plan, un proyecto, una tortura, que acaba en quinto de media.
Y si consideramos en la comparación a cuasi-adultos de 18 años japoneses y peruanos, tenemos a un japonés que lee un promedio de 50 libros al año y a un peruano que ve Esto Es Guerra y tiembla de la emoción cuando llega algún blanconcito o pechugona a Fish.
C. CIVISMO: No pensemos que con enseñar lo que son los municipios locales o la fiscalía estamos enseñando educación cívica. El gobierno guatemalteco define en sus documentos de gestión educativa a la educación cívica como el proceso de promover el conocimiento y comprensión del conjunto de normas que existen con el solo propósito de regular la vida social, la formación de valores y las actitudes que permitan al individuo ser parte idónea de la sociedad y participar en el mejoramiento de ésta.
Ahora, pensemos: ¿La educación cívica en los colegios peruanos apunta a éso? Las campañas de reciclaje de botellas, la recolección de chapitas, los tachos de basura de colores y demás ideas son meras nimiedades que buscan opacar una verdad irrefutable: Un niño no va a aprender más en 7 horas de colegio que en 17 horas en una ciudad donde nadie recicla y a nadie le interesa el color del tacho de basura donde botan su bolsa de pocór o el resto del sanguche frío que sólo le queda cebolla. Nuevamente, nuestra sociedad no está lista para una educación cívica que valga la pena.
Educación cívica es, como lo dice Guatemala, hacer lo necesario para que una persona pueda vivir de manera social y con valores, mejorando su sociedad. Así que ahora, lector, te toca pensar en lo siguiente: ¿Alguna vez, cuando has ido a votar, has leído el plan de acción de los candidatos (al menos los principales) en lugar de guiarte por lo que te dicen tus padres o tus abuelos? ¿Alguna vez has pensado "Qué bueno que llegó el policía para que ponga orden en esta intersección con tanto tráfico", en vez de acordarse de su pobre madre? ¿Alguna vez has pensado que es tu deber comprometerte con la economía local y decidiste comprar tu fruta o comida en la tienda de la esquina, en vez de ir a Tottus o a Plaza Vea? ¿Alguna vez has decidido no robarle al Perú y pagar tu multa, en vez de coimear al policía? ¿Alguna vez has pensado que el amarillo del semáforo es para frenar y no para acelerar, a ver si la haces?
Esas cosas deberían enseñarse en Educación Cívica. Porque son esas pequeñas cosas que hacen una mejor sociedad y el Perú un lugar menos feo para vivir.
Acá entra, indefectiblemente, la hipocresía del peruano. Ese peruano que se compra su camiseta de "Te Amo Perú" cuando jugamos contra Chile, pero que bota basura en la calle, coimea al policía, no paga sus arbitrios municipales, orina en cualquier poste, cruza la calle cuando le da la gana, celebra jálogüin en vez del Día de la Música Criolla y sabe muy bien quién es el Yaco Esquenointeresa ése de Esto Es Guerra, pero ignora que el Perú tiene el himno nacional y la bandera más hermosos del mundo. Felicidades, si eres este tipo de peruano. Eres el perfecto resultado de la mediocridad de la Educación Cívica de nuestro país.
D. COMPUTACIÓN: Sufrimos el mismo problema que con la lectura. Un alumno de 3ro de primaria ya empieza a aprender, así tan chiquitos, cómo se usa una computadora y las partes importantes (mouse, teclado y las tonteritas esas). Pero, ¿qué enseña un profesor de cómputo en el colegio? A crear blogs y a bajar videos de música (claro que los alumnos, adolescentes ya, bajan "música"). Nada más. Pero Bill Gates no se hizo millonario inventando una máquina para escribir con pantalla.
Muchas veces los profesores de cómputo de los colegios son docentes que están ya tantos años, que no los pueden botar, y ¡por supuesto que ellos no van a renunciar! Aún cuando saben que sus conocimientos de tecnología son de la época de los Thundercats y Marco, no van a renunciar. Entonces el colegio les da el curso de Cómputo, para que enseñen a sumar en excel y a poner transición a sus diapositivas. ¡Para ellos es lo máximo!
Japón no. Para los japoneses, la computación se da con un fin: Usar la computadora para lo que te de la gana. ¿Quieres escribir páginas web? ¡Pam! Métete a clases de lenguajes de programación, como HTML5. ¿Estás en la onda de los videojuegos? ¡Toma! Tienes una clase de Java para crear juegos para celulares. ¿Quieres armar tu propia computadora? ¡Zuácate! Si eliges la clase de ensamblaje, puedes convertir tu cargador en una laptop. A lo Mac Gyver.
Tienes a un japonés que sabe con total precisión cómo, para qué y por qué funciona una computadora, y tienes a un peruano que mata por una iMac de cinco mil soles y sólo sabe revisar su féisbuk y su jótmeil. Si no entendiste nada del párrafo anterior, busca ayuda. Es en serio: Busca ayuda.
E. Y por último, la CULTURA. Japón ha eliminado toda muestra de adoración patriótica en su educación. Ésto viene desde antes del Futoji no henko. Desde hace décadas en Japón no se rinde culto a la bandera ni al himno. No por ser malos patriotas (para entender qué es ser mal patriota, lee el último párrafo del Civismo), sino porque muestras de adoración a símbolos patrios les trae recuerdos de las guerras en que han participado. Una de las enmiendas en la Constitución Japonesa declara que Japón no puede tener ejército, cerrando así cualquier posibilidad de participación en alguna guerra.
¿Entonces qué estudian en Cultura? Primero, no estudian una cultura, sino cuatro. Segundo, no estudian solamente la cultura, sino tres cosas: Cultura, Religión e Idioma. Estamos hablando de chicos de 18 años que al salir del colegio son expertos en cuatro culturas humanas, conocen profundamente los fundamentos y prácticas de cuatro religiones (conocen, sin necesariamente ser adeptos) y hablan fluidamente cuatro idiomas. A este japonés se le va a enfrentar un peruano que conoce su cultura a medias, dice ser católico pero "a su manera" y es bilingüe (habla castellano e idioteces). Ojo. Saber quién es Nicola Porchuli o el último perreo de DJ Marca no es cultura.
Así está nuestra educación cultural en estos momentos. Dudo que se le pueda llamar educación.
B. LECTURA: Ya hay mil programas de planes de lectura en los colegios. Primero empezamos leyendo nosotros, los profesores, y luego continúan leyendo los alumnos. Hay cuentos de todo tipo que a los chicos les encanta. El problema no está en que el colegio exija o no la lectura. El problema radica en que la vida en Perú no exige un tipo de vida lectora.
Los alumnos japoneses leen desde el colegio, y no como los peruanos. Cuando un alumno de 2do de primaria está leyendo un párrafo o historias tipo comic en Japón, el mismo alumno en Perú está leyendo libros 20 páginas. Claro, las 20 páginas tienen 50% de imágenes, pero hasta ese momento estamos adelante.
La diferencia está en que la educación japonesa (que empieza en el colegio y dura la vida entera)tiene a la lectura presente la plantea como una de sus bases y pilares para toda la vida. En el Perú la lectura es simplemente un plan, un proyecto, una tortura, que acaba en quinto de media.
Y si consideramos en la comparación a cuasi-adultos de 18 años japoneses y peruanos, tenemos a un japonés que lee un promedio de 50 libros al año y a un peruano que ve Esto Es Guerra y tiembla de la emoción cuando llega algún blanconcito o pechugona a Fish.
C. CIVISMO: No pensemos que con enseñar lo que son los municipios locales o la fiscalía estamos enseñando educación cívica. El gobierno guatemalteco define en sus documentos de gestión educativa a la educación cívica como el proceso de promover el conocimiento y comprensión del conjunto de normas que existen con el solo propósito de regular la vida social, la formación de valores y las actitudes que permitan al individuo ser parte idónea de la sociedad y participar en el mejoramiento de ésta.
Ahora, pensemos: ¿La educación cívica en los colegios peruanos apunta a éso? Las campañas de reciclaje de botellas, la recolección de chapitas, los tachos de basura de colores y demás ideas son meras nimiedades que buscan opacar una verdad irrefutable: Un niño no va a aprender más en 7 horas de colegio que en 17 horas en una ciudad donde nadie recicla y a nadie le interesa el color del tacho de basura donde botan su bolsa de pocór o el resto del sanguche frío que sólo le queda cebolla. Nuevamente, nuestra sociedad no está lista para una educación cívica que valga la pena.
Educación cívica es, como lo dice Guatemala, hacer lo necesario para que una persona pueda vivir de manera social y con valores, mejorando su sociedad. Así que ahora, lector, te toca pensar en lo siguiente: ¿Alguna vez, cuando has ido a votar, has leído el plan de acción de los candidatos (al menos los principales) en lugar de guiarte por lo que te dicen tus padres o tus abuelos? ¿Alguna vez has pensado "Qué bueno que llegó el policía para que ponga orden en esta intersección con tanto tráfico", en vez de acordarse de su pobre madre? ¿Alguna vez has pensado que es tu deber comprometerte con la economía local y decidiste comprar tu fruta o comida en la tienda de la esquina, en vez de ir a Tottus o a Plaza Vea? ¿Alguna vez has decidido no robarle al Perú y pagar tu multa, en vez de coimear al policía? ¿Alguna vez has pensado que el amarillo del semáforo es para frenar y no para acelerar, a ver si la haces?
Esas cosas deberían enseñarse en Educación Cívica. Porque son esas pequeñas cosas que hacen una mejor sociedad y el Perú un lugar menos feo para vivir.
Acá entra, indefectiblemente, la hipocresía del peruano. Ese peruano que se compra su camiseta de "Te Amo Perú" cuando jugamos contra Chile, pero que bota basura en la calle, coimea al policía, no paga sus arbitrios municipales, orina en cualquier poste, cruza la calle cuando le da la gana, celebra jálogüin en vez del Día de la Música Criolla y sabe muy bien quién es el Yaco Esquenointeresa ése de Esto Es Guerra, pero ignora que el Perú tiene el himno nacional y la bandera más hermosos del mundo. Felicidades, si eres este tipo de peruano. Eres el perfecto resultado de la mediocridad de la Educación Cívica de nuestro país.
D. COMPUTACIÓN: Sufrimos el mismo problema que con la lectura. Un alumno de 3ro de primaria ya empieza a aprender, así tan chiquitos, cómo se usa una computadora y las partes importantes (mouse, teclado y las tonteritas esas). Pero, ¿qué enseña un profesor de cómputo en el colegio? A crear blogs y a bajar videos de música (claro que los alumnos, adolescentes ya, bajan "música"). Nada más. Pero Bill Gates no se hizo millonario inventando una máquina para escribir con pantalla.
Muchas veces los profesores de cómputo de los colegios son docentes que están ya tantos años, que no los pueden botar, y ¡por supuesto que ellos no van a renunciar! Aún cuando saben que sus conocimientos de tecnología son de la época de los Thundercats y Marco, no van a renunciar. Entonces el colegio les da el curso de Cómputo, para que enseñen a sumar en excel y a poner transición a sus diapositivas. ¡Para ellos es lo máximo!
Japón no. Para los japoneses, la computación se da con un fin: Usar la computadora para lo que te de la gana. ¿Quieres escribir páginas web? ¡Pam! Métete a clases de lenguajes de programación, como HTML5. ¿Estás en la onda de los videojuegos? ¡Toma! Tienes una clase de Java para crear juegos para celulares. ¿Quieres armar tu propia computadora? ¡Zuácate! Si eliges la clase de ensamblaje, puedes convertir tu cargador en una laptop. A lo Mac Gyver.
Tienes a un japonés que sabe con total precisión cómo, para qué y por qué funciona una computadora, y tienes a un peruano que mata por una iMac de cinco mil soles y sólo sabe revisar su féisbuk y su jótmeil. Si no entendiste nada del párrafo anterior, busca ayuda. Es en serio: Busca ayuda.
E. Y por último, la CULTURA. Japón ha eliminado toda muestra de adoración patriótica en su educación. Ésto viene desde antes del Futoji no henko. Desde hace décadas en Japón no se rinde culto a la bandera ni al himno. No por ser malos patriotas (para entender qué es ser mal patriota, lee el último párrafo del Civismo), sino porque muestras de adoración a símbolos patrios les trae recuerdos de las guerras en que han participado. Una de las enmiendas en la Constitución Japonesa declara que Japón no puede tener ejército, cerrando así cualquier posibilidad de participación en alguna guerra.
¿Entonces qué estudian en Cultura? Primero, no estudian una cultura, sino cuatro. Segundo, no estudian solamente la cultura, sino tres cosas: Cultura, Religión e Idioma. Estamos hablando de chicos de 18 años que al salir del colegio son expertos en cuatro culturas humanas, conocen profundamente los fundamentos y prácticas de cuatro religiones (conocen, sin necesariamente ser adeptos) y hablan fluidamente cuatro idiomas. A este japonés se le va a enfrentar un peruano que conoce su cultura a medias, dice ser católico pero "a su manera" y es bilingüe (habla castellano e idioteces). Ojo. Saber quién es Nicola Porchuli o el último perreo de DJ Marca no es cultura.
Así está nuestra educación cultural en estos momentos. Dudo que se le pueda llamar educación.
Comentarios
Un tema realmente serio, que has sabido manejar muy bien y dar al lector gusto de leer.
No te voy a mentir, me he reído un montón por la sátira empleada y el sarcasmo al finalizar cada uno de los puntos, definitivamente no te guardas NADA! Jajajaja
Saludos!
En Japon recientemente cambiaron la constitucion para poder tener ejercito!
Esto es por los frecuentes/posibles ataques de korea del norte. Los japoneses no tienen ejercito pero tienen la presencia de los ejercitos gringos que los cuidan (no gratis por supuesto, cuestan billonadas) Ultimamente parece no tener sentido por que los ataques siguen.Asi que se hartaron y van a usar mejor su plata manteniendo su nuevo ejercito. Mucha gente esta desacuerdo y hay protestas pero creo que muchos ya han asumido que desde ahora pueden ir guerra!
Ya es hora q los japoneses los saquen de un chote a los gringos de Okinawa. Ahí están verdad? Molestando a señor Miyagi.
BANSAAAI