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🇵🇱 VARSOVIA, POLONIA: Copérnico y Chopin... debí pasar más días acá.

Día 28: 24 de enero de 2018

Casi pierdo mis lentes en el viaje. Como no había dormido nada la noche anterior, me quedé inconsciente en el bus y mis lentes terminaron quién sabe dónde. Después de enloquecer 2 horas buscando y hasta mandar correo al hotel en Vilnius, resulta que uno de los conductores los tenía.

Llegué a Varsovia a las 3.30pm a la estación Centralny y el hotel estaba lejos, a unas 6 o 7 cuadras. Ni modo, a caminar.

El hotel parecía bonito. Limpio, simple y moderno. Nada de pisos de madera ni cuadros en las paredes. Conocí a Fran, una chica brasileña que estaba viajando un poco antes de hacer algún tipo de intercambio, y nos llevamos bien inmediatamente. Salimos a comer algo o a comprar comida para preparar. Terminamos yendo a un lugar de pastas que estuvo rico y barato. Me costó 39 zlotys, que son como 9 euros.

Al volver al hotel empezamos a tomar las cervezas que compramos. Había una fiesta abajo pero no había gente, así que nos fuimos al salón común. Y se hicieron las 3 de la mañana. Yo estaba cansado, pero mi cuerpo ya se acostumbró a dormir si puede, sin importar la hora o la actividad.


Día 29: 25 de enero de 2018

Fran me habló de un tour que ella tomaría hoy, pero creo que prefiero hacer mi rutina solo. Como siempre, ya había averiguado los lugares de mayor importancia en la ciudad, y tenía un recorrido preparado, que incluía el Museo Nacional, el Museo del Ejército Polaco, el Museo de Frédéric Chopin, el Centro de Ciencia de Copérnico, el Palacio Presidencial, el Castillo Real, la Columna de Segismundo, la Basílica Arcatedral, la plaza del Pueblo Antiguo y el Museo del Levantamiento Polaco.

Para mi mala suerte, muchos de los museos que había preparado estaban o cerrados por reparaciones, o con las entradas del día vendidas o simplemente eran muy caros. Me gusta la historia, principalmente de los países afectados por las Guerras Mundiales, pero entre pagar una entrada o sobrevivir una semana, hay una clara diferencia no?

Resulta que al final de la 2da Guerra Mundial, cuando Varsovia estaba ocupada por los nazis, los polacos decidieron levantarse y luchar. Para ésto, habían conversado con el ejército soviético, que se encontraba cerca y listos para apoyarlos con ataques aéreos que los polacos no tenían. El plan de los polacos era echar a los nazis y, antes de que los rusos entraran en Polonia, declarar su propio gobierno para recuperar su país. Desafortunadamente para ellos, cuando llegó el momento de recibir apoyo soviético, los rusos decidieron no ir. Abandonaron a los polacos. Y fracasó el levantamiento. Más de 16 000 polacos murieron en el levantamiento y 200 000 después, cuando los alemanes tomaron represalias contra los civiles de la ciudad. Todo éso está en el Museo del Levantamiento y el Museo del Ejército, a los que no pude entrar por haber vendido todas las entradas.


Museo del Ejército Polaco


Memorial al Pequeño Insurgente, o Mały Powstaniec. Supuestamente es de un soldado de 13 años que peleó por su patria en y después del Levantamiento.
El Centro de Ciencia de Copérnico también había vendido todas sus entradas y el Museo de Frédéric Chopin cerró antes de tiempo por una exposición especial. Es mi compositor favorito y le fallé (insertar emoji de arrepentimiento).
Centro de Ciencia Copérnico, o  Centrum Nauki Kopernik.
Museo de Frédéric Chopin.
Caminé a lo largo del río Visula hasta llegar al Castillo Real y toda la parte del Pueblo Antiguo. Una hermosura. Lástima que no me quedaré más de 2 días. De hecho, al día siguiente partía temprano en la mañana. Creo que me dejé llevar por una mala influencia que me dijo que Varsovia es bonito, pero no hay mucho que ver porque todo lo más interesante está en Cracovia. Claro, si tomamos en cuenta que luego del Levantamiento, más del 85% de la ciudad fue completamente destruido en Varsovia, puede que tenga razón.


Graditas llenas de graffiti

Vista de Varsovia.

Chico de unos 25 años jugando en la nieve. Yo, nada envidioso.


Mural en el camino.


Puente Śląsko-Dąbrowski, cruzando el río Vistula.

Palacio de Techo de Cobre, o Pałac Pod Blachą.

Plaza del Castillo Real (derecha) y la Columna de Segismundo (izquierda).

Tiendita de Don Pepe.

Curioso lugar. No hablaban ninguno de los idiomas de la puerta, excepto polaco y checo.


Modelo a escala de todo el Pueblo Antiguo. "El Centro Histórico de Varsovia, inscrito como Patrimonio de la Humanidad, en 1980.

Una de las entradas principales y puntos de defensa del Pueblo Antiguo, llamada Barbakan Warszawski.

Bonitos recuerdos, pero nada indispensable para un mochilero.

Selección de cervezas para servirse al peso.

Basílica Arcatedral de Varsovia.

Parte frontal de la Basílica Arcatedral.

Parte trasera y órgano de la Arcatedral.

Frontis del Palacio Real. Para mi mala suerte, en plenas reparaciones.
Una ventaja de viajar solo es que es más fácil escabullirse a lugares que están cerrados al público. Éso pasó con el Museo de Varsovia, que es un edificio de media manzana y 5 pisos, pero sólo 2 estaban abiertos al público. Es fácil decir cosas como "que estaba cerrado?" o "lo siento, no hablo polaco". Y algunas veces que me han reñido en inglés he tenido que recurrir al vergonzoso "no hablo inglés". Pero bueno, esta vez nadie me vio y pude llegar hasta el último piso del museo, de donde había una vista espectacular.
Parte del último piso del Museo de Varsovia, a donde llegué escabulléndome.

Vista de la plaza del Pueblo Antiguo, desde el último piso del Museo deVarsovia.

Museo de Varsovia.
Y seguí caminando rumbo a mi hospedaje. Había caminado por más de 6 horas y estaba cansado, pero aún hay mucho que ver y muy poco tiempo.

Palacio Presidencial.


Universidad de Varsovia.
A mi regreso al hotel, al rededor de las 8pm, pasé por la Tumba del Soldado Desconocido justo en el momento en que realizaban el cambio de guardia. Considerando que ahí, en el lugar del Memorial, ocurrió tanta masacre, se tiene una sensación distinta, de más pena, de respeto, de melancolía...
Tumba del Soldado Desconocido.
Volví al lugar de pasta al que había ido la noche anterior con Fran. Su spaguetti a la carbonara es muy bueno. Luego en el hotel me puse a escribir y editar algunas fotos. Ya había decidido no dormir esa noche nuevamente. Mi bus de Varsovia a Cracovia salía al día siguiente a las 5.45am y había leído que las estaciones polacas no tienen números, y cuando preguntas a los trabajadores o choferes, te mandan a rodar. O sea que hay que estar adivinando cuál es tu bus.

Para estar con calma, tenía que llegar a las 5.30am. Para llegar a las 5.30 tenía que salir de mi hotel poco después de las 5. La estación no es Centralny, que estaba a 6-7 cuadras, sino Wilanowska, que está a 6-7 kilómetros. Podía ir en metro, pero tenía que caminar las 6 cuadras a Centralny para tomar un tren. Mejor uber.


Día 30: 26 de enero de 2018

Me pasé la madrugada skypeando con gente en Perú hasta que tuve que llamar al taxi. Cuando llegué a la estación Wilanowska, por no bloquear mi celular, borré accidentalmente el correo donde tenía la confirmación del pasaje Varsovia-Cracovia que había comprado. Tuve que rogarle al chofer, llamamos a la operadora de la empresa, me pidieron el correo, nombre completo y cuándo lo había comprado. Al final creo que sólo me dejaron subir porque mi maletón ya estaba en la bodega del bus.

Y así, sin más... me despido de Varsovia. No tuve el tiempo suficiente para visitarla del modo que hubiera querido.

Comentarios

Anónimo dijo…
Hubieras jugado con el chico en la nieve, eso se veía divertido.
Unknown dijo…
Sí, de hecho sí, pero andaba solito de aquí para allá, corriendo con su minitrineo. Me daba pena interrumpirlo para intentar comunicarme en polaco.
profe empezaron las clases
Unknown dijo…
Sí Mattias. Te deseo mucha suerte en esta nueva etapa. Mantente siempre responsable y alegre, y no dejes que nadie te falte el respeto. Recuerda: Cuando alguien levanta la voz es porque no tiene los argumentos necesarios para ganarte.

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