Antes que nada, hay varias fotos que son una comparación del antes (cuando viví acá hace más de 6 años) y el ahora.
Por supuesto, para elegir una ciudad y llamarla la de tus amores, es algo arriesgado. He visto y escuchado a muchas personas que sin salir de su ciudad han dicho que es la mejor. Incluso justo salía de una relación en que chica que se enojaba porque yo viajaba y ella no. Y cuando le dije que me gustaría vivir fuera, ella me dijo que su ciudad preferida era Arequipa. Y jamás había salido.
No está mal no viajar, si es que las posibilidades no lo permiten. Ni modo. Pero luego dicen que cuando uno quiere algo, lo hace no? O tal vez es que muchos no quieren realmente viajar. O el sueño de sus vidas es un viajecito a Colombia o Ecuador y pau.
Bueno, empecé a hablar de Praga y terminé yéndome por las ramas, como siempre.
¿Por qué pienso que ésta es la ciudad de mis amores? Por varias razones, que alguna vez intenté organizar, pero vamos a ver si puedo ahora...
Empezaron mis ganas de viajar descontroladamente.
Empecé verdaderamente a pensar en viajar por diversión y hasta por coleccionar visas. Hasta ese momento había viajado por algún intercambio cultural a Estados Unidos, y a competencias de natación, que me llevaron por Argentina, Chile, Bolivia, hasta el Mundial en China (aunque sólo importa el fútbol no?). Pero de pronto me di cuenta de que si uno tiene la suerte de viajar a 20 países, tan sólo habría visitado el 10% del total. El peruano promedio conoce 3 países (Chile y Bolivia, aparte del Perú mismo). El brichero promedio conoce 4-5 (Ecuador, porque llevó a su gringa en el mejor viaje que pudo planear, pero su gringa lo lleva a Francia y le enseña lo que de verdad es viajar). Y ahora que ya no piden visa, cualquiera se panea por España, Holanda, Italia, Francia y Alemania... Son los países más turísiticos. En el tiempo de mi primer viaje aún se sacaba la visa a Europa, así que tener el sticker ése me dio ganas de querer más. Y son ganas que hasta ahora no sacio.
Empecé a darme cuenta de que el tiempo se va en distintas cosas. A veces en estudiar, a veces en trabajar, pero por lo general, cuando ya estamos muy cansados para aventurarnos es cuando al fin tenemos el tiempo y el dinero...
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Yo este año. |
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Yo hace 6 años. |
Me ofreció un renacer sentimental.
Hacía unos meses atrás había salido de una relación tormentosa en la que permanecí por casi un año y medio, en parte por ingenuo, en parte por inmaduro. Fue un final que ni siquiera llegó a la prueba de la relación a distancia, que felizmente terminó antes. Y durante este viaje me di cuenta de que tal vez estaba mirando muy cerca y apuntando muy pronto. Recién tenía 22 años y podía recomenzar. Y éso hice.
El mes que viví el Praga en el 2012 me devolvió al Perú como una persona completamente nueva. Tenía más energías, más sonrisas, más ganas de pasarla bien, de reír más, de restringirme menos, de leer, de aprender, de soñar con mi siguiente viaje.
Aprendí lo rico de vivir cerca a la historia.
Todos los países tienen algo especial. Ya sea una fortaleza o una belleza natural, siempre relacionamos a un país con su icono más popular. Y el Machu Picchu para el Perú es una joyita, pero hay que tomar un tren, hay que caminar, hay que pagar, hay que codearse con mil y un turistas... y hay que cuidar.
No es que apoye la anarquía cultural e histórica, pero en países donde las ciudades se han erigido al rededor de sus respectivas joyas, es inevitable pasar por ellas todos los días y tenerlas cerquita, bien cerquita. Uno puede correr en las mañanas pasando por el museo de Louvre en París, o tocar las paredes del Coliseo Romano cada que le venga en gana. En Praga, uno puede atravesar el Puente de Carlos cuando quiera. A decir verdad, uno puede subirse a las estatuas, tomarse una foto tendido en el piso o tomarse unas cervezas en ese puente, que es por donde todos los reyes de la Edad Media pasaron para ser coronados en el Castillo que se encuentra subiendo la colina. ¿Se imaginan poder ir en las noches a Machu Picchu a brindar con unos amigos? ¿O tal vez que la rutina de trote de cada mañana incluya bordear el Huayna Picchu? O, si somos más utópicos, ¿se imaginan que el peruano sea culto y sepa respetar estos lugares como para que le permitan tomar y trotar por ahí?
Precio de la comida (y la cerveza).
A pesar de estar en el corazón de Europa y estar rodeada de tantos países con economías fuertes que utilizan el euro, a los checos siempre se les ha dado por permanecer como lo que son: indefectiblemente checos. Su moneda es la koruna, lo que permite cierta libertad mercantil.
Un plato de comida que me encantaba tenía trozos de carne picados con papas como en un encebollado con tomate. Era lo más parecido a un lomo saltado y estaba 210 korunas, que era más o menos 30 soles. Una tajada de pizza bastante grandecito estaba 25 korunas (3.50 soles) y lo más hermoso era la cerveza. Siendo República Checa el único lugar donde la cerveza es más barata que el agua, habían botellas de litro a 30 korunas, o sea 5 soles más o menos... El siguiente paso era casarme con una checa y aplicar a la residencia.
Bueno, ya hice mi catársis. Nunca había escrito de ese viaje. Ahora sí las fotos. Tal vez ése sea el problema. Muchos no leen. Sólo quieren ver las fotos y ya.
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Plaza Wenceslas. |
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Plaza del Pueblo Antiguo |
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Puente de Carlos |
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Pequeño altar en el Puente. |
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Entrada al Puente de Carlos, de día. |
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Entrada al puente de Carlos, de noche. |
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Pintor en el Puente. |
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Casa donde viví hace 6 años. |
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En efecto. Fue mi primer pub crawl y no recuerdo mucho... |
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Parejita de limosneros en el Puente. |
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Mis queridísimos alumnos Martin y Lucie. Ahora ya podemos tomar juntos. |
Una estrellita a quien leyó hasta aquí abajo.
Comentarios
Recuerda tambien que los europeos al llegar al Peru, construyeron encima o destruyeron mucho de la arquitectura incaica, aun asi en el Cuzco también caminas tocando muros históricos.